📖 Versículo clave:
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.”
Colosenses 3:23 (RVR1960)
Reflexión:
Muchas veces confundimos la emoción con la verdadera pasión. La emoción es pasajera: hoy nos impulsa, mañana desaparece. Se enciende con facilidad, pero también se apaga con la misma rapidez. La pasión, en cambio, es un fuego constante, que arde aun cuando no hay aplausos, cuando no hay motivación externa y cuando los resultados parecen tardar.
Dios no nos llama a servirle solo cuando “nos sentimos motivados”, sino con un corazón apasionado, constante y fiel. La emoción depende de las circunstancias; la pasión depende de la convicción. Jesús mostró pasión al ir hasta la cruz, no porque sintiera emociones agradables, sino porque estaba decidido a cumplir la voluntad de su Padre.
Cuando vivimos por emoción, nuestro servicio a Dios es inestable. Pero cuando vivimos por pasión, nos mantenemos firmes, perseverantes y llenos de propósito, porque sabemos para quién trabajamos: para el Señor.
Oración:
Señor, ayúdame a vivir con una pasión firme por Ti y por Tu obra, más allá de mis emociones cambiantes. Que lo que haga cada día no dependa de lo que siento, sino de mi amor y compromiso contigo. Enciende en mí un fuego que nunca se apague, y que mi servicio sea siempre de corazón para Tu gloria. Amén.
COMPARTE ESTE DEVOCIONAL CON ALGUIEN MÁS, SEGURO NECESITA LEERLO.
0 Comentarios