📖 Versículo clave:
“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.”
1 Corintios 10:12 (RVR1960)
Reflexión:
Llegar a la cima es un logro, pero permanecer en ella es un desafío aún mayor. Muchas veces anhelamos alcanzar metas espirituales, profesionales o personales, pero olvidamos que mantenerse requiere disciplina, dependencia de Dios y vigilancia constante.
En la vida cristiana, no basta con haber tenido una gran victoria en el pasado; necesitamos renovar cada día nuestra fe y obediencia al Señor. El enemigo siempre intentará que bajemos la guardia, y nuestra carne busca comodidad. Por eso, la advertencia de Pablo es clara: no nos confiemos, porque la seguridad no está en nosotros mismos, sino en Cristo.
Mantenerse en la cima no significa vivir sin luchas, sino aprender a depender de Dios en cada paso, permanecer humildes, y recordar que la cima no es nuestro destino final: es solo un lugar de servicio desde donde Dios nos permite dar fruto y ser ejemplo.
Hoy, examina tu corazón: ¿en qué área de tu vida te has confiado? ¿Dónde necesitas volver a poner tu mirada en Cristo? La cima no se mantiene con orgullo, sino con perseverancia, oración y humildad.
Oración:
Señor, gracias por las victorias que me has permitido alcanzar. Ayúdame a mantenerme firme en ti y no confiar en mis fuerzas. Enséñame a caminar en humildad, a vigilar mi corazón y a depender cada día de tu gracia. Que en cada cima de mi vida, pueda darte la gloria solo a ti. Amén.
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