![]() |
— Josué 24:15 (RVR1960)
Reflexión:
La declaración de Josué no es solo una frase valiente; es un llamado eterno a la fidelidad. En un momento crucial de la historia de Israel, Josué, el siervo valiente que había guiado al pueblo tras la muerte de Moisés, reúne a las tribus y les recuerda todo lo que Dios había hecho por ellos: cómo los había liberado de Egipto, guiado por el desierto y dado la tierra prometida. A pesar de todo esto, el pueblo aún se sentía tentado a volver a los ídolos y costumbres de otras naciones.
En ese contexto, Josué no busca agradar a la multitud ni seguir la corriente. Él establece un estándar claro: "Ustedes elijan, pero yo y mi casa serviremos a Jehová." Aquí, Josué no solo habla como líder de una nación, sino como líder espiritual de su familia. Él asume la responsabilidad de que en su hogar, Dios sea el centro, el propósito y la prioridad.
Vivimos en tiempos similares. Hoy, muchos hogares han reemplazado la comunión con Dios por entretenimiento, los principios bíblicos por ideas populares, y la fe por conveniencia. Pero Dios sigue levantando personas como Josué, hombres y mujeres que digan: "Aunque el mundo elija otro camino, yo y mi familia viviremos para Dios."
Servir a Jehová no es una decisión emocional ni momentánea. Es una elección diaria que afecta nuestras conversaciones, cómo tratamos a los demás, cómo usamos nuestro tiempo y recursos, y sobre todo, cómo formamos a nuestros hijos. La fe no debe ser un recuerdo de domingo, sino una convicción que impregne cada rincón del hogar.
📖 Deuteronomio 6:6-7 dice:
"Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes."
Dios nos llama a ser intencionales. No podemos esperar que nuestros hijos o familiares conozcan al Señor solo por asistir a una iglesia ocasionalmente. Debemos sembrar su Palabra, modelar integridad y vivir con propósito.
Dios desea hogares consagrados, donde haya oración, donde Su nombre sea respetado, donde los conflictos se resuelvan con gracia y donde Su presencia sea evidente. No perfectos, pero sí rendidos a Él.
📖 Salmo 127:1 también nos recuerda:
"Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican..."
Podemos esforzarnos por dar comodidades, educación y bienestar material a nuestras familias, pero si Dios no es el fundamento, todo es frágil. Solo con Cristo como centro podemos tener hogares fuertes, llenos de paz y propósito.
Oración:
Padre celestial, gracias por el privilegio de tener un hogar. Hoy decido consagrar mi casa a Ti. Ayúdame a ser un ejemplo de fe, obediencia y amor. Perdona si he puesto otras prioridades por encima de Ti. Desde hoy, afirmo con convicción que yo y mi casa te serviremos. Que tu presencia reine en cada habitación y que cada miembro de mi familia conozca tu amor y propósito. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación práctica:
-
Haz una evaluación honesta de tu hogar. ¿Está Dios en el centro de tus decisiones?
-
Ora en familia. Aunque sea breve, la oración une, fortalece y protege.
-
Involucra a tus seres queridos en servir juntos. Pueden ayudar en la iglesia, bendecir a otros o apoyar a una familia necesitada.
-
Vive tu fe todos los días. Tus hijos y seres queridos aprenden más de tu ejemplo que de tus palabras.
0 Comentarios