📖 Versículo clave:
“Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en nombrese de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.”
1 Samuel 17:45 (RVR1960)
Reflexión:
Todos tenemos gigantes que se levantan contra nosotros. No siempre llevan armadura como Goliat, pero aparecen disfrazados de temor, ansiedad, pecado, enfermedad, problemas financieros o circunstancias que parecen imposibles de superar. Así como el ejército de Israel se sintió paralizado frente a aquel filisteo, muchas veces nosotros quedamos inmóviles ante las dificultades, convencidos de que son más grandes que nosotros.
Sin embargo, la enseñanza de David es clara: no debemos mirar al gigante desde nuestra debilidad, sino desde la grandeza de Dios. David no confió en su fuerza, ni en su experiencia como guerrero, ni en las armas humanas; su seguridad estaba en el nombre del Señor. Mientras todos veían a un enemigo invencible, él vio una oportunidad para que la gloria de Diosğ se manifestara.
El secreto para vencer los gigantes está en la fe. La fe nos recuerda que no luchamos solos, que Dios pelea nuestras batallas, que Su poder no tiene límites y que Sus promesas son firmes. No importa qué tan grande sea el obstáculo, nuestro Dios siempre es más grande.
Cuando te enfrentes a tu gigante, no huyas ni te intimides. Preséntate en el nombre de Jehová de los ejércitos, confiando en que Él te dará la victoria. Así como una piedra pequeña en manos de un joven derrotó a un guerrero colosal, Dios puede usar lo poco que tengas para derribar lo que parece imposible. Tu parte es creer, obedecer y dar el paso de fe; la victoria es del Señor.
Oración:
Señor, gracias porque me recuerdas que no enfrento mis batallas en soledad. Ayúdame a ver mis problemas no con ojos de temor, sino con la fe de David. Dame valor para dar pasos firmes en tu nombre y confianza para recordar que Tú eres más grande que cualquier gigante. Declaro que contigo seré vencedor. Amén.
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